Era el Presidente  de la comunidad. Se le veía un hombre serio, siempre con traje y corbata  y acompañado por su mujer. A menudo  atento a las  normales vicisitudes y obligaciones que trae  consigo  el hecho de ser Presidente de la escalera. Siempre que surgía un problema, tanto si era una bombilla, como un arreglo del ascensor  alli estaba él. Nunca mantuvimos ninguna conversación  que no   se derivara de los   pequeños problemillas  que tenias en casa  o en el portal. Me pareció  un hombre entregado a su trabajo, que suponía importante, y  amante de su esposa. Ella mucho mas conversadora ,  me preguntaba  sobre  como me sentía en esa escalera , o si  necesitaba alguna   gestión , invitándome  siempre  a su casa, a la que  yo nunca accedí , quizás por ese sexto sentido que simproe me ha acompañado durante  toda mi vida. Pasaron los años, y el  presidente seguía en su misma línea, se le solía   ver hablando  acaloradamente en las reuniones de vecinos, siempre defendiendo, con argument...
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