Ir al contenido principal

LA REVOLUCIÓN DE LOS PLATOS




LA REVOLUCIÓN DE LOS PLATOS

Si alguien tiene la culpa este es, un señor que revolucionó la televisión con sus platos, este mérito se le debe no únicamente, pero si mediaticamente al Sr. Arguiñano.

El otro día , en uno de esos mediodías que suelo comer sola , en una mesita demasiado bajita pero que da como panorama al televisor , y eso siempre acompaña , me di de bruces con el programa de este cocinero que ajustándose a la crisis , preparaba comidas económicas y encima fáciles de preparar . Me quedé pensando en las comidas que mi madre confeccionaba todos los mediodías, y que sorprendía por la variedad y el gusto.

Mi madre , Teresa , en esa mescolanza de cocina extremeña , en plena simbiosis con la cocina catalana , que aprendió gracias a la convivencia con mis padrinos catalanes , en esos realquileres de los años cincuenta , supo combinando la economía y el gusto, darnos una alimentación que nada tiene que envidiar a la actual .

En sus platos , guisados con el tiempo que tenia una madre para cocinar , mientras se lavaba la ropa en el lavadero de tamaño súper , que cada casa tenia , a mano sin Ariel ni nada , con esos jabones de color amarillo que dejaban la ropa sin una triste mancha , , los platos estaban compuestos de todos esos ingredientes que después y , en mis estudios de Dietética volví a recordar y estudiar, pero sin tantos apelativos raros .

Eran comidas nutritivas, donde no faltaba ni tan solo uno de los extensos componentes de la dieta Mediterránea. El aceite de oliva, traído de Extremadura donde cuando suelo ir le explico a mis hijas que allí también tenemos un trocito de tierra que no se olviden de los campos de olivos y encinas,.

Ese aceite de sabor denso, que daba a las comidas un sabor tan especial. No faltaban tampoco ni las legumbres, que después metimos en el cajón de los recuerdos, ni la fruta o la verdura.
Años mas tarde y cuando nosotras , estudiantes universitarias , decidimos convertirnos en súper womans , accedimos al trabajo remunerado , y a compaginar las labores domésticos y la cocina , ésta se doblego a un segundo plano dejando paso, a las prisas y a todos aquellos elementos de moda que nos imbuían en una forma de comer sobreañadida de colesterol y grasas .

Los hijos trajeron a nuestras casas , una remodelación de la cocina , obviamente por las necesidades cotidianas de la crianza , que posteriormente y a medida que los hijos se hicieron mayores volvimos a dejar en la sombra lo que realmente nos alimentaba y nos nutria .

Es curioso que siempre en la historia , en tiempos de crisis se vuelva a la cocina tradicional , y se redescubra una cocina que parece que , con la bonanza se esconda.

Los cocidos, la sopa del pobre, las lentejas con chorizo, o el gazpacho han salido precisamente de esos momentos cruciales de la historia.

Me gustó que el otro día , Arguiñano , que es un cocinero como la copa de un pino , se ajustara los machos , y aprovechara esos momentos televisivos para ayudar a las familias que ven que sus ingresos están mermados por el paro , para darle soluciones económicas sin dejar de lado el placer por una buen comida.

Felicidades Karlos

Angels Vinuesa

Comentarios

angels ha dicho que…
Contestacion del equipo de Arguiñano..


Muchísimas gracias por su mensaje!



Se lo enseñaremos a Karlos, ya verá cómo le gusta.



¡Un fuerte abrazo de parte de Karlos y de todo su equipo!
MANUEL ha dicho que…
Suerte que tenías a tu madre para prepararte esos platos tan exquisitos. Yo me pasé la infancia y parte de la juventud interno, comiendo platos tradicionales, pero no tan ricos como los de la Sra. Teresa.
Felices fiesta y que la salud no os canse ni a ti ni a tu familia
Besos
Manolo M. F.

Entradas populares de este blog

El Colegio de Pedralbes   Nunca pensé que existía fuera de mi barrio la “otra Barcelona”. Pasé más de 15 años pensando que las casas donde vivíamos eran lo habitual, lo corriente, pero pronto me di de bruces con la otra realidad, las casas de lujo, los chalets con piscina, los criados y mayordomos y los lugares de veraneo.   Desde mi humildad sabia que cada año, cuando a mi padre le daban las vacaciones en la Fabrica donde trabajaba, la SEAT, irremediablemente cogíamos el tren “sevillano” y pasábamos esa temporada en el pueblo. No tenia ni idea de ese otro veraneo en la casa de la playa. Aunque esto es una nimiedad para lo que supuso para mi estudiar en el Colegio de Pedralbes.   El Colegio de las madres Asuncionistas en Pedralbes, la misma congrega...
LA ESPIRAL DEL SILENCIO Muchas veces  en la vida , quedamos mal con alguna persona , personas que han significado mucho en nuestra  vida y que de la noche a la mañana quedan  suspendidas de una vida . Y sabemos  que habiendo motivos , quedan en el  cajón de  sastre  conversaciones inconclusas , motivaciones , o simplemente una  explicación de los hechos  ocurridos .  Es , en ese momento cuando  queda instaurado el silencio , personas introvertidas que  se  tragan para  dentro sus sentimientos , sus emociones , y que son incapaces  de  sacarlo , y  sanearlo.  Esos pensamientos , sentimientos quedan enquistados en nuestro interior , y siempre pensamos mañana será un buen día para hablar , hoy no estoy preparado , las  circunstancias no son las mejores , y millones de  excusas que nos proponemos para  no dar  ese paso y enfrentarnos  a la verdad, porque nos hace...
240 días…  Estaban  sentadas en  el  salón de la  casa  rural  donde  se habían  desplazado para pasar el  fin de semana . La  chimenea  chisporroteaba y  alumbraba  con una luz  tenue  toda la  estancia Era una  casa  alejada  de los ruidos urbanos , donde  se respiraba la  tranquilidad que tanto había  estado buscando , durante el día  estuvieron paseando por el bosque , teñido de mil  colores por el otoño. Y  el campo estaba  alfombrado por miles  de hojas  secas. Era tan bonito el otoño, donde la hojas  de los  arboles caducos  dejaban resbalar  su hojas, y los de hojas perennes permanecerían para siempre en los árboles, que  animaban  a los  sentidos. -He  tardado  240 días  en sacarlo de mi  vida –le dijo   de repente.  No  venía a cuento  aquella...