


A mi, personalmente los Carnavales siempre me han gustado. De hecho he participado en varias ocasiones disfrazándome , para pasar toda una tarde y el día siguiente ( bueno eso menos ) subida en una carroza y bailando como una loca. me he disfrazado de Corsaria, de Cabartera , de Zarina Rusa y hasta de Mamy de la Srta Escarlata.
Lo Carnavales tuvieron un sentido muy importante cuando después de años de dictadura Franquista levantaron el veto, y la gente aprovechaba la fiesta para disfrazarse de aquello prohibido, o decir lo que hasta ese momento no habia podido gritar.
Después con el tiempo, y cuando lo ánimos reivindicativos ya se habían calmado, simplemente sirvió como una fiesta más, donde se premiaban la originalidad de los disfraces, y la calidad de las carrozas.
Todo un año preparándose, los vestidos que desgraciadamente siempre se repetían (Mozart, pingüinos, delfines, algún personaje de moda en la tele y poco más), para que todo estuviera a punto la tarde de Carnaval.
Desde de haberse matado para decidir cual seria el disfraz anual, la lucha por ser la mejor carroza , el mejor disfraz , y porque la Colla o Comparsa , fuera elegida como la reina del Carnaval era el objetivo primordial , amén de comer , beber todo era uno.
Las familias se gastaban una buena pasta en accesorios, y yo misma he pasado cosiendo volantes más de una noche cuando se les ocurrió que fuéramos de cabareteras.
Con el tiempo, los carvanales dejaron de ser reivindicativos, al menos en mi ciudad, para pasar a una guerra de competencia entre quien llevaba la mejor carroza, o el mejor vestido.
Hubieron años en los que Venecia nos eclipsó, y por un momento se dejaron al lado las caperucitas rojas, los piratas del Caribe, para pasar a disfraces mas sofisticados y abstractos. Máscaras doradas, y grandes blusones de pintores del viejo Paris, caras en blanco y negro, y paisajes futuristas.
Yo creía que el Carnaval servia para ser quien no eres, y decir lo que te de la gana sin que nadie se ofenda, aprovechar el ser incógnito por un tiempo sin tener que estar atado a las circunstancias que te rodean, hacer un revulsivo de la ciudad y de sus gentes.
Sin embargo me he dado cuenta este año viendo la Rua ( desfile de carrozas ) , que han aparecido , unos personajes que realmente reivindican lo contrario , ser quienes son , identificarse con su cultura , y para ellos no es necesario confeccionar disfraces altaneros , sino que son los propios trajes de su país los que sirven para identificarse y consolidarse.
Llevan la bandera de su país que ondean con orgullo , y no cuentan con grandes carrozas con música estridente , sino que van a pie , con una pequeña banda de instrumentos que les hacen de coro . No han tenido que aprender un baile ridículo que repetir en toda la caminata, sino que son sus pasos de baile, sus danzas autóctonas, donde reivindican de donde vienen y quienes son.
No se esconden tras una máscara, sino que muy al contrario va con la cara limpia, y una sonrisa amplia. Son colombianos, peruanos, Bolivareños…y todos los grupos que la emigración ha hecho que se asienten en nuestro suelo.
Algo está cambiando, y quien no quiera reconocerlo es porque no ve más allá de sus narices…
Angels Vinuesa
Comentarios
Por cierto el barrio de Sans está lleno de bolivianos .¿O era una concentración de todos los de Barcelona?
Me gusta tu blog , sigue así Vinu.
Saludos .
Un abrazo
Angels Vinuesa