


Hace pocos días mi hija Marta , que es súper listísima (aunque sea yo su madre quien lo diga ), me comentaba que los Realitys Show habían llegado a tal extremo que no tardaríamos en ver uno , en el que el premio sería la muerte del concursante .
Y ya veo a todos persiguiéndoles a ver quien le da el tiro certero.
Yo le comentaba que eso no podía ser, y que la sensibilidad social, no dejaría llegar a tal extremo.
Pero es que la audiencia es muy cojonera – me decía ella con esa carita de ángel que tiene
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La curiosidad y el morbo humano, está siempre presente en uno de aquellos huecos de la conciencia que se limitan a pasarse por alto la moralidad.
El cotilleo nacional esta en el orden del día , solo tenemos que ver los programas del famoseo donde lo que cuenta es saber más , y sobre todo saber más intimidades de quien sea .. Para después previo pago ir a contarlos a la tele.
Cuando se emitió el primer Gran Hermano , la verdad es que me hice seguidora acérrima , mas decía yo, en mi engaño , era como un experimento social , al ver enjauladas a unas personas durante meses , y seria interesante ver como se desarrollaban a modo de cobayas
. Después resultó que todo estaba previsto, los psicólogos que escogían a dichos concursante sabían de antemano como iban a reaccionar, quienes se enamorarian, y quienes saldrían por la puerta chica.
Este Realty dio paso a otros que de similares caracteriticas se han desarrollado en la pequeña pantalla , donde su común denominador es que el espectador como ojo , puede pensar que esta espiando , a modo de Voyeur a los concursantes y en definitiva a la vida ajena .
La pregunta a raíz de la emisión de la vida , de la enfermedad , la boda y próximamente la muerte de una ex concursante del GRAN Hermano británico Jade Goody, me plantea varias cuestiones morales.
¿Donde está el límite, y sobre todo quien lo ha de poner?
¿Son las televisiones las que deben detener que alguien pueda vender su muerte?. Porque llegar a este punto es llegar hasta el fondo de la incógnita humana.
Alrededor de la muerte, el morbo esta servido en bandeja. Pero ¿ que pasa con el derecho a morir dignamente?
¿Es digno televisar las últimas bocanadas de vida?
Eso me da paso a otro tema que también ha puesto el dedo en la llaga estos días, La Eutanasia de La joven italiana...
Pero eso ya será mañana...
De todas formas, mi querida Jane , no creo que el pasaporte para ir al cielo , esté en la venta de exclusivas por 1 millón de euros , ni casarte con un traje de 4000 euros , ni traficar con una enfermedad como el cáncer..
Carlo Magno antes de morir pidió tres deseos que se deberían cumplir el día de su muerte , uno de ellos era que su cuerpo fuera acompañado por los médicos , para que se dieran cuenta que no eran dioses, sino que también se equivocaban , otra que fueran dejando sus riquezas obtenidas en vida en el camino para demostrar que todo se queda aquí , y una tercera que lo enterraran con las manos vacías y hacia fuera para que quede patente que con las manos vacías venimos y así nos vamos
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Si creías que hacer todo eso te iba a facilitar el pasaporte el cielo , creo que un señor que hay allí arriba de nombre Pedro, y de apellido San , y que dicen que es quien tiene la llave de la puerta , te pedirá algo mas que eso para traspasarla .
¡Eso lo se fijo!
Angels Vinuesa
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