


Nunca una embarcación tuvo un nombre más adecuado, y ya navega desde las Azores hasta el punto en el que se perdió el vuelo de Air France el sábado pasado.
Este barco oceánico tiene en sus entrañas al mítico Nautilus , submarino basado en la visionaria imaginación de Julio Verne ha tenido en cosecha propia , descubrir los restos del inolvidable Titanic en 1985 , o el sellar las grietas de ese desastre natural que conmocionó a nuestro país con el Prestige .
Muchas han sido las hipótesis desde que se perdiera el contacto por radar del vuelo AF447 en el Océano Atlántico. He escuchado en estos días hablar a reputados pilotos que intentaban dar un poco de luz , a este misteriosa desaparición de un vuelo entre Río de Janeiro y Paris .
Una vez desechadas las hipótesis de un rayo , o de una consecución de efecto adversos , la falta de comunicación , solo deja la esperanza de encontrar las cajas negras para dar algo de luz de lo que allí ocurrió .
Es una lucha en contra del tiempo , ya que las señales que emiten las cajas negras solo duran 30 días , y si a eso añadimos la profundidad del océano en dicho lugar , todo el radio donde se han encontrado escotes del avión unos 300 kilómetros y lo escarpado del fondo marino , se hace difícil pensar en que el Nautilus encontrará las buscadas cajas negras .
El Nautilus, pues vuelve a tener protagonismo en una situación extrema, y sus investigaciones a tantísimos metros de profundidad serán vitales para el esclarecimiento de un hecho sin precedentes.
En estos momentos y mientras arriba el barco, otros están cercando la zona para concretar más el lugar donde supuestamente están los restos del avión siniestrado.
Este mini submarino creado a imagen y semejanza del ideado por Julio Verne y ficticiamente conducido por el capitán Nemo, acabó en una cripta arrasado por una erupción volcánica.
Mas allá de la ficción, el Nautilus de hoy en día es capaz de sumergirse hasta 6000 metros de profundidad, algo impensable en la novela de Julio Verne que solo podía llegar a la mitad de esa cifra.
Los esfuerzos por saber que ocurrió a las 23 horas de ese maldito vuelo están en el cabeza y en el corazón de todos aquellos que han perdido a sus seres queridos.
A nosotros nos toca de cerca con la conmovedora historia de Anna Negre que cogió ese vuelo después de la luna de miel en Brasil , también el Ingeniero Andrés Suárez que se dirigía a Paris para tomar cargo en una prestigiosa compañía , y la azafata de doble nacionalidad argentina – española Ana Amado.
Tres vidas truncadas por el destino y que ahora reposaran seguramente en el fondo del océano.
Con ellos 228 historias más , tristes finales de personas que un día volaron sin pensar en ningún momento que los vuelos pudiesen ser tan frágiles .
Esperemos que el enigmático nombre del buque ¿Porqué no?(Pourqoi-pas) , nos de la respuesta a tantas incógnitas , y que sirva de talismán para encontrar repuestas que puedan calmar el dolor de los familiares , y que sirvan en un futuro para corregir los posibles acontecimientos .
Angels Vinuesa
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