Me explicaba un amigo mío que en América , unos descendientes de españoles , se les ocurrió poner un negocio de un bar de tapas , aquí esto no significaría casi nada , ya que en todas nuestras esquinas hay bares, pero allí , la ocurrencia hecha en una zona de grandes edificios de oficinas , donde los trabajadores solo comían comida basura y en la calle , tuvo tal aceptación , que todo quisqui bajaba la bar de tapas a tomarse un pincho de tortilla o unos callos antes de volver a reanudar el trabajo.
El éxito de estos bares de tapas , corrientes en nuestro entorno , hizo que los inventores hiciesen un copyright, para que nadie les pudiese copiar y seguir haciendo caja tranquilos .
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Con el donut ocurrió algo parecido , ya inventado en el S XVI en Holanda como “pasta azucarada de aceite “(omitiré el termino bollo por la connotaciones en Sudamérica ) se vendía completo sin agujero , sin embargo en el SXVII esta pasta azucarada que se freía en aceite , daba quebraderos de cabeza a los cocineros , porque si bien se freía por lo lados , el centro siempre tardaba en hacerlo .
Fue como ocurre en estos casos por un idea de un marinero americano, Hanson Gregory, que se le ocurrió que si se hacia un agujero en el medio, se freiría mejor, y asi fue como nació el donut. Un monumento en Rockport del Estado de Maine recuerda el hecho de inventar un espacio vacío, o un agujero…
Es España , ya se conocía desde hacia mucho tiempo antes en e SXIV, pero con un nombre más castizo “EL buñuelo”, y se había inventado en Castilla a finales de la Edad media, y se comían calentitos con miel en épocas del frío coincidiendo con el día de los difuntos, que hasta los reyes Católicos comían donuts asi como Cervantes comía croissants , pero eso ya será otro día que lo explique, porque hoy vamos a por la casa Panrico y la feliz idea del donuts envasado .
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No suelo desayunar donuts, ya que imbuida por a Dieta mediterránea y sus beneficios, me decanté hacia el mini bocata con algún embutido del país.
Sin embargo recuerdo que años atrás el desayuno de un café con leche calentita y un donut era una delicatessen como pocas.
El sabor azucarado del donut su tersura que se deshacía en la boca era un sabor único que guardas en tu memoria de las papilas gustativas para siempre.
Las incongruencias de la publicidad hacen que lo mismo pueda ser bueno o malo según la empresa que lo publicite. Si hace unos días se metían con la retirada de las bolsas de plástico del Carrefour , a mi nadie me convence que no sea por puro ajuste económico , ahora la casa Panrico , hace apología del plástico y lo coloca en sus donuts con la idea imaginaria que se mantengan frescos .
Precisamente la frescura del donuts, como pasta del día a día era su característica y era su éxito en los bares cuando ibas a desayunar.
Ahora con la plastificación de los envases, da la impresión más de supermercado, o de poder adquirirla en una de esas máquinas dispensadoras que hay hasta en la sopa.
Se tendría que hablar entones sobre el precio , porque si en el súper o en la máquinas expendedoras vale un dinero , en el bar a no ser que te lo sirvan con servilleta y fuera del envase se tendría que ajustar el precio.
Otro problema es el de la habilidad de comedor de donuts , ya que si bien el primero se puede abrir bien el envase , el segundo y con los dedos azucarados , se muestra resbaladizo , y es muy posible que vaya a para encima de la calva del señor de al lado .
¡Todo un numerito!
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¿No será que este cambio de marketing del donuts sea debido a que la empresa Dunkin’ brandes se hiciese con el 100% de la empresa Panrico, y que saliera mucho más económico hacerlos en envases plastificados para ahorrar la producción?
La traducción de esto al marketing, es que asi se cubren las necesidades de los clientes a cualquier hora del día , pero para el consumidor de donuts mañanero , con el café con leche , en su bar habitual es mas bien una estafa del sabor cotidiano y ha perdido todo su encanto al igualarlas a la distintas pastas industrializadas del mercado como palmeras.
De aquí a tomar las tapas en bolsitas de plástico solo va un paso, pero entonces perderíamos lo que nos hace peculiares y diferentes, como rezaba el slogan.
Yo reivindico desde aquí un monumento a quien inventó las rosquillas de toda la vida.
¡No vamos a ser menos que nadie!
Angels Vinuesa
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