


Desde hace ya más de tres años, al Virgen de la Caridad del Cobre, regenta mi salón, acompañada por dos girasoles de color amarillo. Cada sábado le enciendo una vela a esta Virgen por puro convencimiento y fe , que su ayuda me llega.
Seguramente a muchos de los lectores les extrañará que una socialista de pro como yo, también tenga ese lado espiritual, y esas creencias religiosas.
¡Pues sí! , es así ,y no me rasgo las vestiduras en decirlo aquí , y en cualquier foro , porque creo firmemente en la libertad del individuo en rescatar las ideas religiosas , o las prácticas que realice sin que eso ponga ninguna caricatura a su persona .
¡Faltaría, que estas alturas de mi vida, tuviese que maquillar mis pensamientos!
En estos días se está debatiendo con fuerza “la batalla de los crucifijos” en las escuelas, y que se tendrían que retirar de las clases, de las aulas de los colegios públicos, pero de la concertada ,o privada nada se ha dicho al respecto.
La Iglesia Católica y el Estado, ha estado unido durante mucho tiempo , a lo largo de nuestra historia contemporánea , y eso le ha hecho ser heredera de privilegios constantes .
Solo tenemos que mirar un poco hacia atrás en el tiempo, para observar, que en la gestación de nuestra democracia, no se quiso enturbiar esta relación, otorgándoles importantes concesiones tributarias etc.
Actualmente, treinta años después los símbolos de la religión católica se exponen en algunos actos públicos como en la toma de posesión de los Ministros, por dar un ejemplo, y hasta en la actual Ley de Memoria Histórica esta presente.
La retirada de los crucifijos en las clases, no es un tema nuevo, sino que ya se produjo en algún que otro momento de nuestra historia.
Se retiraron en la República, y se repusieron después de ella, manteniéndose exaltaciones religiosas que llenaron plazas y pueblos durante muchísimos años , los que duró la Dictadura de Franco.
Sin embargo la Constitución del 78 estableció, que “ninguna Confesión tendrá carácter estatal”, y desde entonces, se empiezaron a marcar distancias hasta llegar a hoy en día.
Los ritos religiosos tienen un significado individual , cultural, y social, se eligen libremente, pero no deberían , a mi entender estar presentes en la política de un Estado democrático y aconfesional.
Por esta razón, la de la individualidad, los símbolos religiosos deberían pertenecer en el ámbito de cada uno, pero no en el trabajo,en la escuela, o cualquier espacio público.
Las instituciones públicas en una sociedad plural como la nuestra, deberían permanecer al margen de la religión.
Parece que la transición religiosa hacia un estado aconfesional, no se ha madurado en estos ya 30 años que llevamos de democracia, y de vez en cuando saltan repuntes, y rebrotes en este sentido.
El tema de los crucifijos no deja de ser uno más de esos repuntes por la Iglesia, y por el Partido de la oposición, que tiene el don del oportunismo, alegando si ahora se van a quitar hasta los Reyes Magos.
Eso es simplemente una tontería.
Los restos de un estado religioso están presenten aún hoy día , y aunque existe libertad religiosa , cada uno puede expresar sus creencias , yo misma lo he hecho al principio de este escrito ,no así a nivel legal , ni en la práctica , y además siempre levanta ampollas.
Nuestro Estado es aconfesional, y dado que somos una sociedad plural, los colegios deberían ser un espacio de cocimiento científico, y de formación de valores humanos.
Si esto es lo que se debería hacer en la escuela pública , las escuelas concertadas , que están financiadas en parte con fondos públicos , también deberían seguir la misma praxis , pues su función no es la de la evangelización de los niños, sino el de la formación , y la procedencia de los alumnos es de diversidad cultural con distintas ideologías y creencias.
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Esto es asi , pero yo seguiré cada sábado encendiendo mi vela de color amarillo, para que la Virgen me siga acompañando, y le seguiré pidiendo mis plegarias.
Aunque esa acción la llevo a cabo en mi casa.
Angels Vinuesa
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