


Durante muchos años hice camping. Pasaba los veranos desde que mis hijas acaban el cole, hasta que ya forraba los libros en septiembre, en un camping de la costa.
Uno de los acontecimientos más sonados del periodo estival , aparte de las barbacoas , y los baños en el mar , era la noche de la lluvia de estrellas o lluvia de las Perseidas , por venir de la constelación de Perseo.
Todos los que pasábamos el veraneo en la costa, nos reuníamos en la playa con sillas, toallas, bebidas y comida para ver por la noche como iban cayendo una a una las estrellas en el cielo.
Cada vez que alguien vislumbraba la luz que como un lápiz dibujaba en el cielo estrellado, gritaba: ¡Mira, una estrella fugaz! , y todos dirigían sus miradas hacia allí, convirtiéndose esa noche en día de festividad multitudinaria, y de acúmulo de deseos.
Como la contaminación lumínica era tenue, se veían perfectamente como iban surcando el cielo negro en esa noche iluminada.
Yo aprovechaba mis pocos conocimientos de astronomía, y mi mucha imaginación para explicarles historias a veces inventadas y en muchas ocasiones documentadas , aunque mis hijas hoy en día siempre dicen que eran producto de mi imaginación relatora .
La historia de ese día tan especial y que se repetía cada año , era que esa noche también se llamaba las lágrimas de San Lorenzo , que era un santo , les decía , que lo quemaron en la hoguera y las lágrimas que derramó se convirtieron a estrellas fugaces , además de esta historia les indicaba cual era la vía Láctea cual era la osa Mayor , la menor , el carro , y a veces hasta veíamos Júpiter desde la playa, dando por finalizada mi escueta lección de astronomía .
¡Con perdón de los astrónomos!
Siempre me fascinó el Universo, y de cómo me sentía de ínfima ante todo ese infinito de pequeños puntitos en un cielo, coronado con una luna blanca y plateada que se reflejaba en ese mar Mediterráneo que mis retinas conocen tan bien.
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Esta noche entre las siete y las diez, y hasta la dos de la madrugada llega esta lluvia de meteoros veraniega , durante este tiempo se podrán observar decenas de estrellas fugaces , dicen los expertos que hasta doscientas en una hora .
Siempre que vemos una estrella fugaz, decimos: ¡pide un deseo!
Es curioso que ante cualquier situación anómala siempre tengamos el mismo pensamiento.
¡Pedir deseos!
Si se cae el cava , pedimos uno , si echamos una moneda a una fuente ,solicitamos otro , la cuestión es tener la mágica idea que algo hará cambiar nuestras aspiraciones mas íntimas , y que un hecho fuera de lo corriente nos llevará al cumplimiento de esa ilusión baldía .
Al pedir un deseo a una estrella fugaz, muchos no saben que ésta, es solo partículas de polvo que los cometas van dejando a los largo de su órbita mientras giran alrededor del sol.
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Esta noche sino tiene nada más que hacer, vayan a un lugar poco iluminado, recuéstense en el suelo, y fijen su mirada hacia la Norte.
No se molesten en conseguir un telescopio, no es imprescindible, simplemente con sus ojos en la oscuridad serán protagonistas de este espectáculo que la naturaleza nos brinda cada verano.
¡Que las Perseidas les acompañen!
Angels Vinuesa
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