DESDE AUSTRALIA Hace ya unos años, apareció por la consulta una mujer que con extraño aspecto refería un dolor intenso de espalda. Su estado de ansiedad y sus ojos desorbitados, nos hicieron pensar que a parte de la lumbalgia que padecía, le rondaba algún problema emocional tan común en los días que nos ocupan. La hicimos pasar a una sala contigua, haciéndola reposar en una camilla. La señora se la veía intranquila, y nerviosa. Empezamos a conversar intentando yo, en ese espíritu que tenemos las enfermeras en dar consuelo y orientación en algunos problemas. En esa extraña conversación entremezclada con silencios intensos, me comentó que ella asistía a reuniones. Yo en mi inocencia , pensé rápidamente en la reuniones que se hacen en las casas particulares con los famosos Tupperware , e instintivamente se lo referí sin pensarlo demasiado. ¡No! – me contesto muy airada, son reuniones… y bajando la voz llegando a un susurro que me hizo tene
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