Mi viaje a
Cuba
PRÓLOGO
Vivir en un país
socialista y comunista es
una experiencia extraña, las vivencias a la que
están sometidos las personas que
viven en este país , acostumbradas a inventarse una vida
,exenta de comodidades , pero
protegidas por una Estado que lo asume
casi todo dejando poco margen para que en
ese estrecho las personas puedan resolver las dificultades
próximas y lejanas .
Despertarse cada mañana
sabiendo que las necesidades básicas , sin lujos están
cubiertas , el pan ,la leche, el
arroz, dejando un pequeño escondrijo
para que el pueblo se mueva a su antojo aunque con el ojo
del poder encima de sus hombros.
Un país que nunca
ha invertido en infraestructuras ,
y que gracias al clima se sobrevive en
casas sin restaurar , y donde
buscar algo que se salga
de lo cotidiano es una ardua tarea.
Toda una economía
sumergida a los ojos del Estado , que
mueve sucintamente, desde comida , ropa y vestido , hasta cualquier
utensilio que necesiten.
Un país uniforme y al mismo tiempo disconforme, que se levanta
con la tranquilidad de la
seguridad, pero al mismo tiempo no para
de” inventar” una forma de vida distinta.
Alejados de la tecnología, se vive sin el estrés
de las maquinas, pero con pleno
desconocimiento de todo aquello que es
costumbre y hasta obligación en otros países.
Todo se mueve en la
calma de países que rozan el Mar Caribe, sin apresurarse, y gastando el tiempo en rellenar ese pequeño espacio que el estado
deja a la imaginación de los
ciudadanos.
Más de medio siglo, llevan anclados en un pasado pretérito, sin el estrés de países como el nuestro. Es complicado entender la idiosincrasia de este pequeño rincón del Caribe , donde hace muchos años vivian los indígenas , después fueron asaltados por españoles , y las plantaciones e industria azucarera que era el pilón base de la economía ,y después llegó la revolución que hasta hoy perdura , más de 50 años en este régimen , y sin embargo entenderlo es difícil y complicado , y nunca acabas de llegar al fondo del vaso .
Veo desde mi ventana, los muchachos de uniformes
amarillos y rojos con su camisa
blanca y sus pañuelos, que se dirigen ,
solos o acompañados por su madres , o en bicicleta, a la escuela , oigo desde dentro de la casa ,el griterío de un pueblo
que está vivo y el bullicio
de la alegría de vivir .
Angels Vinuesa
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