Hace unos días vino a la consulta un señor jóven con una mordedura. Al preguntarle si había sido un perro el causante, me dijo que era un mono. ¿Un mono? – le pregunté, ya acostumbrada que la gente tenga como animal de compañía uno exótico, y creyendo en mi inocencia que el mono seria de pequeño tamaño. Cual fue mi sorpresa cuando la mordida del mono en la pierna del joven era de gran envergadura, por lo que pude deducir que el mono era grande, grande. Evidentemente el mono no había pasado por ningún control veterinario, pues su entrada era ilegal en nuestro país, y lo mantenían en una jaula. Pero el mono olía, y nuestro protagonista no se le ocurrió otra cosa que meterlo en la bañera, por lo que el mono no acostumbrado al agua arremetió contra él. ¿Y que esperaba?- le dije sin poder contener la risa imaginando al mono, metido en la bañera, y al joven con la ducha en la mano. Pero no son solo animales de gran envergadura que entran en nuestro país sino también
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