El día de su cumpleaños , ella, recibió una llamada "lejana" , que no hizo mas que confirmar que su marido la engañaba con una lugareña , hacía más de un año .
Con lágrimas reprimidas, confirmó con sus familiares lo que aquella llamaba le había dicho.Ahora encajaban las piezas como en un puzzle de su modo de actuar en el último año , el modo silencio de su teléfono , las llamadas a media noche y buscó en su redes sociales la total confirmación de la noticia.
En los día posteriores , ya sabiendo la verdad , esperó de una forma pausada a que él le dijera algo , y aunque insistió con indirectas sobre el asunto ,él calló siempre .
Ya le había perdonado años atrás una supuesta infidelidad , que él nunca confirmó . Pero nunca más volvieron a hablar del asunto.
Él era un mentiroso contumaz, que llevaría su secreto hasta el final de los días sin aceptar su error. Ella intentó mirar a través de aquellos ojos negros que la habían enamorado hacía ya más de una década , pero solo vio opacidad, Unos ojos que antes eran chispeantes,ahora estaban muertos.
Ella aguantó el tirón, durante días , aunque su corazón estaba ya demasiado dañado por el dolor y la incapacidad de comprender aquella traición.
Él cada día que pasaba se ponía mas irascible , al saber que ella tenía conocimiento de su engaño , pero que no lo decía abiertamente.
La última noche ,él la amenazó de muerte , y su amor antes inmenso y generoso se rompió, estalló en mil pedazos pequeños , que se deslizaron por el suelo de la habitación.
Era el final, ella lo sabía, y no dijo nada , ni siquiera le pidió una explicación, lo conocía bien y sabía que le mentiría hasta el final.
Así que con las primeras luces del alba , ella se levantó , recogió su ropa y se marchó , para siempre.
Ella me lo explicaba sin ninguna acritud, sin ningún sentimiento , pues ya sus sentimientos se habían hecho trizas.
No lloraba,su rictus estaba ausente ,como el que explica una historia que no va con la persona .
Entonces se me acercó al oído y susurró , muy bajito , casi de una forma inaudible :
-La santería ,, de una persona muy cercana a él , ha hecho su efecto...dijo ella.
-¡Dios no lo quiera !-le dije santiaguandome - en un suspiro-
-¡Estoy convencida !- asintió ella.
Y continuamos sentadas en aquel banco frente al mar , con la mirada puesta en el infinito , y quizás, ella en aquel mar turquesa que tanto había amado .
Angels Vinuesa
Con lágrimas reprimidas, confirmó con sus familiares lo que aquella llamaba le había dicho.Ahora encajaban las piezas como en un puzzle de su modo de actuar en el último año , el modo silencio de su teléfono , las llamadas a media noche y buscó en su redes sociales la total confirmación de la noticia.
En los día posteriores , ya sabiendo la verdad , esperó de una forma pausada a que él le dijera algo , y aunque insistió con indirectas sobre el asunto ,él calló siempre .
Ya le había perdonado años atrás una supuesta infidelidad , que él nunca confirmó . Pero nunca más volvieron a hablar del asunto.
Él era un mentiroso contumaz, que llevaría su secreto hasta el final de los días sin aceptar su error. Ella intentó mirar a través de aquellos ojos negros que la habían enamorado hacía ya más de una década , pero solo vio opacidad, Unos ojos que antes eran chispeantes,ahora estaban muertos.
Ella aguantó el tirón, durante días , aunque su corazón estaba ya demasiado dañado por el dolor y la incapacidad de comprender aquella traición.
Él cada día que pasaba se ponía mas irascible , al saber que ella tenía conocimiento de su engaño , pero que no lo decía abiertamente.
La última noche ,él la amenazó de muerte , y su amor antes inmenso y generoso se rompió, estalló en mil pedazos pequeños , que se deslizaron por el suelo de la habitación.
Era el final, ella lo sabía, y no dijo nada , ni siquiera le pidió una explicación, lo conocía bien y sabía que le mentiría hasta el final.
Así que con las primeras luces del alba , ella se levantó , recogió su ropa y se marchó , para siempre.
Ella me lo explicaba sin ninguna acritud, sin ningún sentimiento , pues ya sus sentimientos se habían hecho trizas.
No lloraba,su rictus estaba ausente ,como el que explica una historia que no va con la persona .
Entonces se me acercó al oído y susurró , muy bajito , casi de una forma inaudible :
-La santería ,, de una persona muy cercana a él , ha hecho su efecto...dijo ella.
-¡Dios no lo quiera !-le dije santiaguandome - en un suspiro-
-¡Estoy convencida !- asintió ella.
Y continuamos sentadas en aquel banco frente al mar , con la mirada puesta en el infinito , y quizás, ella en aquel mar turquesa que tanto había amado .
Angels Vinuesa
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