La farándula
de Dénia...Zensa Marina
Si lo que vas buscando este
verano, es lo más parecido al
programa de televisión de “Mujeres
Hombres y viceversa “, Zensa Marina
en Dénia es tu lugar.
Si estás
en esa franja de edad
entre los veinte y cuarenta ,
eres fijo en los gimnasios de musculación
, y adepto a las cirugía plásticas ,
no hay mejor sitio que Zensa Marina.
Si eres una apasionada de los selfies, las posturitas de morritos, y
el “ligoteo” no encontrarás otro sitio más adecuado para
ti.
Si lo tuyo es ir con
gafas de sol , hasta la noche , con
biquinis imposibles , y slips minúsculos para ellos marcando paquete , no busques más Zensa es
tu sitio adecuado.
Zensa está
situado al final de la
escollera que forma la Marina Denia, en el primer piso de un
edificio con impresionantes vistas al Mediterráneo y a la ciudad
coronada por el Motgó. Es un lugar
donde el cliente ( guapo a poder
ser) disfruta de sus instalaciones , con
sofás y zonas “chill
out”, escuchando música “ house” en
directo desde la mañana hasta el
atardecer, y donde podrás
disfrutar de la piscina en la
zona central del recinto . Y ya por la noche transformado en discoteca hasta altas
horas de la madrugada podrás seguir disfrutando
de este lugar de moda en Denia.
…………………………………………….
Pues, hasta allí nos
fuimos. ¡Que hay que verlo todo!
Al principio nos costó un poco encontrarlo , pero ya
subiendo por las escaleras , y al
entrar en el recinto ,nos dimos una bofetada de belleza artificial.
El ambiente y los cientos de personas, que abarrotaban la piscina era todo muy “cool”. Ni un milímetro del borde la
piscina quedaba libre, donde
bellezas con pechos siliconados y
hombres de gimnasio musculados, paseaban
y revoloteaban alrededor de las ninfas
que no se movían ni un ápice de su “postureo”.
El santuario del culto al
cuerpo está en Denia, y el lugar donde se reúnen todos los que practican este modo de vivir está
concentrado allí.
Una de las
normas no escritas en
estos sitios es que tienes que
llevar permanentemente las gafas de sol puestas, aunque sea de
noche .Y una , que no iba a ser menos se lanzó a la piscina con ellas
puestas, y no se las quitó hasta
que al anochecer se marcharon.
¡Qué no se diga!
Las camas” balinesas” no son más
que meros escaparates de belleza
artificial, hasta el “Moët Chandon"
en su cubitera ,donde te puedes fotografiar
para dejar constancia a la peña que has estado allí, es también de plástico.
Nunca en mi larga
vida, pude ver tantas poses impostadas,
y tanto ronroneo. Cierto que la sociedad , la publicidad , y muchos programas televisivos ,
nos acercan a este mundo del “famoseo” y la
superficialidad, donde la belleza
exterior es lo que cuenta .
Una forma de vida que pasa por los gimnasios a diario,
las dietas de adelgazamiento estrictas,
y las intervenciones quirúrgicas para
que el paso del tiempo
se detenga indefinidamente y sigan siendo eternamente “gente
guapa”.
En ese ronroneo pude observar , sin embargo , que
muchas de las bellezas allí expuestas , se dejan invitar por el
“pagafantas” de turno, pero que luego
se van con los otros, “los más
cachas”
Una pareja discutió
durante el tiempo que
estuvimos allí, unas cuatro horas, sin descanso.
¡Él, musculitos!
¡Ella, belleza operada!
No dejaron ni un momento de decirse
sandeces, y su tono iba en aumento aunque la música disimulaba mucho entre encontronazo
y quedaba diluido. Cuando nos fuimos del lugar aún seguían discutiendo.
La gente pasaba la mayoría del tiempo en el borde
de la piscina , y algunos , yo incluida
nos bañábamos, aunque casi tenias
que pedir permiso para subir , pues los
bordes de la piscina estaban como
en latas , arrimados unos a los otros.
Posturas imposibles, que te hacían daño
solo pensarlo, poder estar con ese estiramiento de cuello, la
columna erecta y los morritos permanentemente colocados, era
toda una quimera. Las “chonis “en todo
su esplendor.
Seguro que deben acabar
el día con una contractura total de
columna entera. Pero ni por esas
se movían, como estatuas de cera esperando
los reclamos de los machitos que revolotean alrededor.
Nosotras , nos bañamos
, tomamos un cóctel, escuchamos música “house” , bailamos
… y ya al atardecer cuando el ambiente se
enrarecía , de los que habían pasado todo el día cargados de
alcohol , nos fuimos a cenar
al puerto.
¡Otro imán en la nevera
pensé! Y ya van… ni se sabe
Angels Vinuesa
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