Me gusta este hombre, ya saben los que leen este blog que de vez en cuando me tomo una licencia para halagar a este Presidente. ¡Es una pequeña debilidad! El otro día en la cumbre de los G8, me quedé escuchando su discurso. Con esto de los parlamentos hay algunos que están en tu onda, los oyes y te convences, y hay otros que te dan repelús. Esta actitud metamórfica del escuchante, como sujeto pasivo, es lo que hace ser de un color o de otro. Mas allá que tu opinión pueda desmarcar nada, pero hay palabras que te llegan y hay otras que te producen repulsa. Empezando por la estirada de orejas que les hace a los pedigüeños que aprovechan estas reuniones para pasar el cepillo. Me refiero al Cavalieri , que más le valía que se dejase de tanta fiestecita y gobernase , porque Italia se esta quedando a la altura del betún si siguen los comentarios a periódicos sensacionalistas y demás . No se puede preparar una reunión así para pasar factura a los que asisten.
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